sábado, 31 de agosto de 2013

CERRO DEL BARRIO SAN ANTONIO: "MITOLOGÍA DE CAMARONES Y DUENDES"

Siempre tuve la intensión de escribir la leyenda del cerro del barrio San Antonio, basada en dos mitologías: la del duende enamorado y el camarón de oro.
Antes de continuar quiero expresar que los humanos tendemos a creer todo aquello que vemos en una actitud, yo diría mental lo cual nos aleja de aquella posibilidad de pensar que puede haber otro tipo de vida paralela a la nuestra y que jamás aceptaríamos porque somos demasiado egoístas hasta cierto punto.
Desde pequeño me contaron la historia de la hija de don León Ayala, no se quien es y de seguro usted tampoco pueda recordarlo porque en esa época no existíamos, a no ser por las narraciones de nuestros abuelos quienes manifiestan que allá por los años 1930 y 1940 del cerro San Antonio salía un personaje de 2.5 centímetros y carente de inteligencia y conciencia, pero muy enamorado y celoso.
Todos coincidieron que ese personaje era el duende quien se había enamorado de una joven, hija de don León a quien todas las noches visitaba y acosaba sin reparo alguno.
Todos en la familia estaban desesperados porque ya no soportaban la presencia del diminuto personaje que dejaba su casa construida en los troncos de los árboles del cerro.
Los Ayala, en su afán de deshacerse de el duende buscaron todas las formas de alejarlo, y descubrieron que la única salida era que la joven se consiguiera un novio en Victoria. Con ese noviazgo lograron expulsar al duende quien no pudo contener sus celos y optó por alejarse, desde entonces nunca más se volvió hablar del tema, las leyenda hablan de que se mantienen en plano físico por unos 500 años y que siempre deciden volver, pero que rara vez lo hacen antes de los 500 años.
Ahora bien, la segunda historia trazada es la del famoso camarón de oro que según algunas personas vive en los mantos acuíferos del cerro, hay quienes aseguran que vieron brillar el camarón en “El Cirín”, un árbol de unos 10 metros de altura y muy frondoso que estaba al pie del cerro y donde actualmente hay una cantarera que abastece de agua a los vecinos del Barrio San Antonio.
Cuentan que hay épocas del año en las cuales el cerro comienza a retumbar y que es producto de la presencia del camarón de oro que habita el cerro del barrio San Antonio.